Anticuerpos Monoclonales: Un tratamiento innovador para el Cáncer
Los Anticuerpos Monoclonales son proteínas artificiales desarrolladas específicamente para el tratamiento del Cáncer.
Se fabrican con base en el conocimiento de proteínas complementarias expresadas en las células cancerígenas, conocidas como antígenos. Estos anticuerpos, al entrar en contacto con las células tumorales, desencadenan su muerte mediante diversos mecanismos de destrucción celular.
Mecanismos de acción de los Anticuerpos Monoclonales
Existen múltiples mecanismos de acción de los Anticuerpos Monoclonales, pero las dos principales funciones son:
- Bloquear alguna proteína esencial en el desarrollo y progresión del Cáncer, lo que genera la muerte celular
- Desarrollar monoclonales destinados a activar el sistema inmune antitumoral, también conocido como inmunoterapia.
Tipos de Cáncer tratados con Anticuerpos Monoclonales
En la actualidad, los Cánceres más comunes en los cuales hay indicaciones aprobadas para su utilización son:
- Cánceres Hematológicos: Linfoma no Hodgkin, Linfoma de Hodgkin, Leucemia Linfática Crónica, Leucemia de Células Velludas, Mieloma Múltiple, Leucemias Mieloide y Linfoblástica Agudas
- Tumores Sólidos: Mama, Gástrico, Cabeza y Cuello, Colon, Pulmonar, Neuroblastoma, Urotelial, Próstata y Ovario
Efectos secundarios
Los efectos adversos dependerán del anticuerpo utilizado y pueden agruparse en las siguientes categorías:
- Alérgicas: son inmediatos y pueden variar desde síntomas leves hasta casos raros y severos, que incluyen Prurito Cutáneo, prurito faríngeo, conjuntivitis alérgica, edema faríngeo y obstrucción bronquial.
- Inmunes: se refieren a la activación del sistema inmune contra el Cáncer, pero también pueden provocar inflamación y daño en órganos sanos, como la glándula hipófisis, hígado, tiroides, suprarrenales, gónadas, intestino. 1/3 de los pacientes tendrán inflamación de algún órgano, pero casos severos son menos del 10% de los pacientes tratados.
- Cardiovasculares: pueden incluir Hipertensión, Trombosis Venosa y Arterial, Insuficiencia Cardíaca y Hemorragias.
- Pulmonares: incluye complicaciones como Neumonitis Intersticial y Fibrosis, Distrés Respiratorio Agudo, Bronquiolitis Obliterante y reacciones de Hipersensibilidad. Los síntomas más frecuentes incluyen Dificultad Respiratoria, Tos, Fatiga y opacidades pulmonares en las radiografías.
- Renales: pueden causar pérdida urinaria de proteínas (proteinuria). Se ve más comúnmente con bevacizumab en un 20-60% de los pacientes, pero solo un 2% son casos severos de proteinuria.
- Tracto digestivo: pueden manifestarse como Enterocolitis, Colitis y perforación gastrointestinal. Se puede ver con monoclonales como pertuzumab (mama), cetuximab (colon), bevacizumab (colon), panitumumab (colon).
- Cutáneas: incluyen complicaciones como erupción acneiforme papulopustular, asociada a cetuximab y panitumumab en un 80% de los pacientes, pero solo 1% de los casos son severos. Otras complicaciones son paroniquias, necrólisis epidérmica tóxica, mucositis y síndrome de Stevens-Johnson.
- Hematológicas: son más comunes en los anticuerpos utilizados en neoplasias hematológicas, como ofatumumab, brentuximab, alemtuzumab y rituximab.
- Infusiónales: pueden causar dificultad respiratoria, Náuseas, Cefalea y Dolor Abdominal. Ocurren habitualmente la primera o segunda infusión del medicamento solamente
Combinación con otras terapias y criterios de selección
En muchos cánceres en la actualidad, la combinación de Monoclonal y Quimioterapia tradicional es un estándar de tratamiento demostrados en múltiples ensayos clínicos los últimos 20 años. No hay datos de estudios clínicos que permitan sostener el uso de Radioterapia con monoclonales exclusivamente.
De esta forma, los criterios de selección se basan en estudios clínicos que evalúan la etapa del Cáncer, el tipo de Cáncer y la presencia o no de marcadores que justifiquen el uso de anticuerpos monoclonales.
Resultados esperados con el tratamiento
La combinación de anticuerpos monoclonales a la Quimioterapia tradicional mejora la probabilidad de respuesta y también ha demostrado mejorar la supervivencia y curación en ciertos cánceres, como de mama, digestivos y linfomas.
La Inmunoterapia, por otro lado, puede reemplazar la Quimioterapia en ciertas situaciones y mejorar los resultados en otros casos. Sin embargo, en la mayoría de los casos también se utiliza en combinación con quimioterapia tradicional con resultados superiores a esta última utilizada sin inmunoterapia, en especial en canceres pulmonares, digestivos y vía urinaria.
Administración y frecuencia del tratamiento
La vía de administración más común es la vía intravenosa, sin embargo, ya existen anticuerpos monoclonales que se administran vía subcutánea, lo cual facilita el tratamiento oncológico, con estudios que han demostrado que se mantiene la eficacia antitumoral de la molécula.
La frecuencia de administración varía según el tipo de cáncer, el anticuerpo utilizado y la etapa de tratamiento del paciente. Por lo general la frecuencia inicial es más alta (cada 1-2 semanas) y en casos de terapia de mantención, la frecuencia es cada 2-3 meses.
Avances recientes en el desarrollo y uso de anticuerpos monoclonales
Los avances recientes en las Terapias con Anticuerpos Monoclonales incluyen el descubrimiento de nuevos antígenos tumorales, el desarrollo de anticuerpos humanizados que no generen respuesta inmune del paciente y nuevas tecnologías de producción de monoclonales como inteligencia artificial, secuenciación de siguiente generación y animales transgénicos
También se han desarrollado nuevos tipos de anticuerpos, como:
- Fragmentos variables de cadena única (scFv)
- Nanobodies
- Anticuerpos biespecíficos
- Anticuerpos modificados en fragmento cristalizable (Fc)
- Biosimilares, anticuerpos miméticos (anticuerpos sintéticos, sin el fragmento Fc)
- Anticuerpos monoclonales conjugados (con quimioterapia para entrega directa en la célula diana)
Abordando los desafíos de disponibilidad y recursos financieros
Dado el alto costo de estos medicamentos, su utilización puede estar limitada por restricciones económicas, tanto por parte del paciente como del financiador de salud. En el caso de Rituximab, que se utiliza para Linfomas, ya existen biosimilares que han permitidos disminuir el costo de la droga, pero la mayoría de los otros monoclonales no tienen esa opción y los costos son tan elevados que hacen prohibitivo su utilización, lo cual compromete a los pacientes.
Esto es un problema generalizado, en el que la accesibilidad a estos tratamientos sigue siendo un desafío importante que afecta la calidad de vida y las expectativas de supervivencia de los pacientes, y que por el momento no tiene una solución clara.