Artrosis de Rodilla: ¿Cuándo se indica la colocación de una Prótesis de Rodilla?

Artrosis de Rodilla: ¿Cuándo se indica la colocación de una Prótesis de Rodilla?

Editado por: Miguel Angel Ortega Tapia el 11/04/2024

La Artrosis de Rodilla es una enfermedad degenerativa que se presenta con mayor frecuencia en personas adultas.


Esta condición causa un desgaste gradual del cartílago articular que se encuentra en la Rodilla, causando dolor durante la actividad física, incapacidad para caminar o permanecer de pie y deformidad progresiva.


Los síntomas característicos de esta enfermedad son:


  • Dolor en la rodilla
  • Fallo de la pierna al cargar en ella
  • Inflamación de la articulación
  • Rigidez de la articulación


Prótesis de Rodilla


Por lo general, cuando la Artrosis de Rodilla causa un deterioro significativo en la Rodilla y todos los tratamientos disponibles han fracasado, se recurre a un reemplazo de la articulación a través de una Prótesis de Rodilla.


La indicación de una Prótesis de Rodilla está delimitada por la funcionalidad previa de la articulación, el dolor y las limitaciones que se presenten en la vida diaria de la persona. Para determinar la necesidad de someterse a este procedimiento, se debe hacer una exploración física para evaluar el estado de la articulación a través de diversos estudios como las Radiografías.


Existen dos tipos principales de Prótesis de Rodilla. Por un lado, la Prótesis Unicompartimental, que se indica cuando sólo deben reemplazarse ciertas zonas de la articulación dañada, mientras que la Prótesis Total de Rodilla se caracterizan por una sustitución de toda la articulación.


La selección de la Prótesis de Rodilla dependerá de cada caso particular, la decisión debe tomarse en conjunto y se deben considerar los siguientes factores:


  • Edad
  • Motivo de la cirugía
  • Vía de abordaje a utilizar
  • Defecto óseo
  • Inestabilidad de la persona
  • Comorbilidades presentes
  • Estado general de salud


Paso a paso de la intervención quirúrgica


Antes de una Artroplastía de Rodilla es importante que la persona se someta a una analítica completa para conocer su estado general de salud. Además, se recomienda realizar un Electrocardiograma para conocer el estado actual del corazón y, por último, una placa de tórax para identificar que la tráquea esté correctamente alineada.


Uno de los aspectos que se deben considerar es el potencial riesgo de infección y, para ello, debe asegurarse que los dientes estén en buenas condiciones y que la persona no tenga Caries. Además, es probable que le indique suspender el consumo de algunos medicamentos como analgésicos o antiinflamatorios una semana antes de la intervención.


Es importante informar al personal de salud sobre los medicamentos habituales que consuma para evitar riesgos durante la colocación de la Prótesis de Rodilla.


Por otro lado, es importante que la persona incremente la fuerza de brazos y tronco ya que, después de la cirugía, deberá utilizar auxiliares de la marcha como muletas. Finalmente, debe considerar la probabilidad de requerir ayuda de otra persona durante las primeras semanas para realizar actividades cotidianas como moverse o asearse.


La intervención suele durar de una a dos horas y para ella, se puede utilizar Anestesia General o Epidural, según el caso. Es importante considerar que durante la intervención se pierde una basta cantidad de sangre y existe la probabilidad de que requiera transfusiones. Sin embargo, las técnicas actuales y los sistemas de recuperación de sangre disminuyen mucho la necesidad de una transfusión.


Cuidados postoperatorios: rehabilitación y Fisioterapia


Algunas de las complicaciones relacionadas con la colocación de una Prótesis de Rodilla son la aparición de infecciones, aflojamiento de la prótesis y dolor. Sin embargo, algunas cifras estiman que sólo el 2% de las personas presentan alguna alteración de este tipo.


Después de la intervención, la rehabilitación, que puede hacerse con el acompañamiento de una persona especialista en Fisioterapia, tiene el objetivo de recuperar y aumentar la fuerza muscular, corregir inestabilidades, mejorar la función física y, a su vez, la calidad de vida de la persona.


Los primeros días se centran en disminuir el dolor y la inflamación que se produce por la intervención. Es probable que la persona especialista indique realizar algunos ejercicios sencillos que no generen dolor, por ejemplo, los isométricos.


Las fases posteriores tienen como prioridad reforzar y potenciar los objetivos establecidos de manera inicial. Finalmente, se trabaja en el equilibrio y la marcha para que la persona pueda reintegrarse a sus actividades diarias, asegurando la autonomía y la prevención de futuras lesiones.

Traumatología y Ortopedia en Providencia