Cirugía Facial: cambio de imagen y optimización de la cara
En la evolución de la humanidad, la Morfología Facial y su valoración estética han respondido a las condicionantes sociales y del entorno próximo al observador.
El arte ha sido testigo de esta evolución, por ejemplo, el Busto de Flavius Arcadius Augustus, Emperador del Imperio Romano hasta el año 400, presenta características de armonía facial con la clásica nariz romana de forma aguda y base estrecha, grandes ojos y un mentón definido con surco mentolabial de ángulo agudo.
Carlos I de España (retratado por Bernard van Orley en el año 1515), por otra parte, muestra una persona con un tamaño mandibular aumentado y la consecuente alteración de la forma facial. Se describía al rey como una persona de rasgos duros y de hablar seco, debido a que no podía cerrar la boca.
¿Existe una forma adecuada de la estructura facial?
La normalidad del Rostro en proporción y forma se vincula a diferentes parámetros de correcta función, siendo frecuentemente citadas:
- Calidad de vía aérea, respiración y el potencial riesgo de Apnea Obstructiva
- Función y potencial disfunción de la Articulación Temporomandibular
- Condición de masticación y formación del bolo alimentario
De esta forma, la relación entre la adecuada forma facial y las condiciones funcionales son estrechamente ligadas determinando la manifestación de otras patologías que muchas veces son consideradas entidades separadas, pero que, realizando un análisis integrado del Rostro, se pueden determinar en la relación causa-efecto de una incorrecta proporción o forma facial.
El estudio de la Morfología Facial desarrollado por autores como el Dr. Leslie Farkas, unidos a los estudios del crecimiento y desarrollo facial liderados por los doctores Donald Enlow y Bernard Sarnat, abrieron las puertas para entender la relación entre los diferentes componentes del rostro y cómo ellos podrían relacionarse con las funciones de sus componentes en diferentes etapas de la vida.
Sin embargo, nada de eso preparaba para los tiempos actuales, donde la Robótica, la Inteligencia Artificial e Ingeniería Tisular se unen abiertamente para generar cambios cada vez más significativos; la comunicación global, las redes y desarrollo científico de investigadores y clínicos, exigen aún más investigación para mejorar el entendimiento en estas materias, impulsando el uso de nuevas tecnologías que pueden ser sinérgicas en la identificación de patrones faciales y en el estudio de sus modificaciones con baja morbilidad y alto éxito.
Los distintos niveles anatómicos del Rostro y sus diferentes planos entre el cutáneo y el óseo son valorados por la Cirugía Facial, Estética y Reconstructiva, que estudia la Cara en diferentes etapas de la vida, como envejecimiento, deformidades y perfiles con proporción definida, pero que requieren modificaciones específicas.
El apoyo tecnológico basado en estudios de imagen tridimensional e impresión 3D, que pueden ser trabajados mediante softwares definidos con algoritmos con mayor precisión, son un requisito básico en el análisis de procesos de estudio y modificación facial. La bioimpresión 3D con materiales, que mejora la regeneración tisular y las modificaciones basadas en el uso de nanoparticulas, está en el futuro con el cual se convivirá en los próximos años.
Sin embargo, en todos estos escenarios, el estudio de la Morfología Facial será necesario, de manera que, los doctores, clínicos e investigadores, deben continuar analizando los diferentes patrones faciales y sus relaciones con los órganos de la Cara, a fin de entender de una mejor forma la condición y modificación en los pacientes.