COVID-19 en niños: ¿por qué es tan difícil diagnosticarlo?
El virus SARS-CoV-2 provoca síntomas diferentes en cada infante. De acuerdo con investigadores de la Universidad de Sao Paulo (USP), esto responde una predisposición genética.
Una serie de cinco autopsias realizadas por el Departamento de Patología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo (FMUSP), y cuyos resultados se publicaron en la revista científica EClinicalMedicine, revelan cuatro facetas de COVID-19 infantil y arrojan luces sobre su diagnóstico.
El primer cuadro, típico y fácilmente reconocible, fue detectado en dos niños. Se trata de la Enfermedad Pulmonar por SARS-CoV-2, que, de acuerdo con Marisa Dolhnikoff, patóloga y profesora de la FMUSP, venía acompañada de comorbilidades. Uno de ellos tenía Cáncer, mientras que el otro había nacido prematuro y contaba con malformaciones congénitas.
Cuadros inusuales de COVID-19
Sin embargo, en los otros tres casos estudiados por el FMUSP se presentaron síntomas inusuales que reflejan el carácter variable del virus.
El primer niño, de entre 8 y 10 años, ingresó al hospital con Dolor de Cabeza, Confusión Mental y Convulsiones. Dolhnikoff explica que fue tratado con un anticonvulsivo, el cual no lo alivió.
Al segundo le extirparon el apéndice bajo sospecha de Apendicitis. Tal diagnóstico es común cuando el paciente se presenta con Dolor de Estómago, Fiebre y Vómitos, pero aquí se trataba en realidad de COVID-19.
El último infante llegó a la sala de emergencias con síntomas cardíacos graves, los cuales incluían Dolor Abdominal y Dificultad para Respirar. Falleció a causa de Miocarditis, es decir, una inflamación del Corazón.
¿Por qué es tan difícil diagnosticar COVID-19 en niños?
Los tres niños estudiados por la FMUSP fallecieron con una inflamación generalizada que comprometía a varios órganos, así como fiebre alta y continua. Estos son rasgos comunes de una manifestación atípica de la infección por el nuevo Coronavirus, a la cual se conoce como Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (SIMP, o PIMS por sus siglas en inglés).
El SIMP representa un obstáculo para el diagnóstico de la enfermedad, ya que los afectados poseen características iniciales muy diferentes.
¿Por qué los niños con COVID-19 desarrollan el Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (SIMP)?
El argumento más difundido en la comunidad científica reza que el SIMP en los niños sería una respuesta inmune desmedida a un virus que sólo se alojaba en la nariz y boca.
Sin embargo, los patólogos de la FMUSP creen que los afectados podrían tener algún rasgo genético que los hace más vulnerables. “De lo contrario, muchos más niños estarían muriendo por COVID”, explica Dolhnikoff.
Además, las autopsias muestran que en estos tres casos el virus fue “mucho más invasivo y agresivo”. Así, la gravedad del cuadro habría actuado junto a la respuesta inmune hasta llevarlos a la muerte.
Por fortuna, los cuadros graves de COVID-19 en niños son poco frecuentes. De acuerdo con otro estudio publicado por The Lancet, la mortalidad estimada en este grupo etario es de un 0.19%.
¿Qué enseñanzas nos deja el estudio de la FMUSP?
Amaro Duarte, autor principal del estudio, llamó a considerar al COVID-19 como posible diagnóstico ante cualquier cuadro que se desvíe de lo usual en pacientes de 0 a 19 años.
Asimismo, sugirió a las familias con pequeños que se protejan del contacto con el virus. “Es importante enseñar al niño a seguir las medidas preventivas, como usar mascarilla, lavarse las manos y evitar aglomeraciones”, declaró Duarte.
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