¿Cuándo es necesaria una Prótesis de Rodilla?
Las Prótesis Totales son las que se usan con más frecuencia, están fabricadas de metal y tienen distintos insertos y elementos de polietileno.
El diagnóstico de la Artrosis de Rodilla se hace en base a la historia clínica, examen físico, y radiografía. En general, se inician los pacientes alrededor de los 60 años y manifiestan síntomas como dolor, disminución de la función de la rodilla y, a veces, hinchazón que se desencadena con la actividad física y generalmente disminuye con el reposo.
Con base a esta historia, el Traumatólogo realiza un examen físico del paciente y solicita Exámenes de Imagen, donde lo básico es una Radiografía de Rodilla.
Tratamiento progresivo de la Artrosis
El tratamiento de la Artrosis es progresivo, partiendo con medidas básicas como analgésicos, Kinesioterapia, bajar de peso, y, de ser posible, ejercicios sin impacto que mejoren la flexibilidad de la rodilla.
Si estas medidas son insuficientes, se pueden agregar otros procedimientos como infiltraciones, donde el Traumatólogo realiza inyecciones directo a la rodilla con elementos que permitan reducir el dolor.
Si pese a todo esto, el paciente continúa con dolor, estaremos en presencia de un fracaso del tratamiento conservador y es allí donde está indicada la Cirugía de Prótesis de Rodilla. Existen distintos tipos de Prótesis de Rodilla, se pueden separar en tres grupos principales:
- Prótesis totales
- Parciales
- De revisión
Las Prótesis Totales son las que se usan con más frecuencia, están fabricadas de metal y tienen distintos insertos y elementos de polietileno.
La edad es un parámetro a tener en cuenta, pero no es una restricción absoluta. Antes de operarse, lo ideal es tener un adecuado control metabólico de sus patologías asociadas y pases operatorios por otros especialistas en caso de requerirlos. Las Prótesis de Rodilla no están exentas de riesgos, pueden presentar complicaciones intraoperatorias y del posoperatorio.
Recuperación postoperatoria
Después de la cirugía, el paciente se puede levantar el mismo día o al día siguiente, asistido inicialmente por un Kinesiólogo, caminando con apoyo de andador o bastones. Es importante que el paciente tenga actividad y que no se quede todo el día acostado.
Desde el tercer mes, comienza a disminuir el proceso inflamatorio y, pasada esa fecha, se van sintiendo mejor. La reincorporación al trabajo es variable, pudiendo volver al segundo o tercer mes en el caso de personas que tienen un trabajo liviano y sedentario.
La Rehabilitación y Fisioterapia se inician precozmente, antes de las primeras 24 horas. El paciente debe estar realizando ejercicios de flexoextensión de rodilla o isométricos. Habitualmente, una vez tomada una biografía de control y confirmada la adecuada posición de los componentes, se levanta al paciente con la ayuda del Kinesiólogo para reducir la marcha o caminante.
Recomendaciones postoperatorias
Es importante que el paciente tenga una rutina de ejercicios diarios, independientemente de lo que realice con el Kinesiólogo. Lo ideal es que a largo plazo el paciente no suba de peso y, si está con exceso de peso, idealmente que baje. En el caso de pacientes más sedentarios, una buena rutina puede ser hacer caminata o bicicleta estática.
Es importante que los pacientes mantengan un control periódico, que pueda ser anual, con su Cirujano para evaluar cualquier alteración que puedan presentar y consultar en caso de presentar síntomas. Es fundamental que el equipo quirúrgico esté entrenado en este tipo de cirugía para poder prever riesgos potenciales y realizar el tratamiento adecuado cuando se presente.