Detección, diagnóstico y tratamiento de la Epilepsia
La Epilepsia es un trastorno neurológico crónico que afecta a personas de todas las edades. Existen diversas pruebas y tratamientos disponibles para su manejo.
Detección y diagnóstico de la Epilepsia
Para detectar y diagnosticar la Epilepsia, se pueden emplear tres pruebas complementarias clave, como un examen físico completo y una exploración neurológica, que son esenciales para evaluar el estado general del paciente y detectar signos neurológicos anormales.
Además, se pueden requerir otras pruebas complementarias, como:
- Electroencefalograma (EEG): Es el registro gráfico de la actividad eléctrica del cerebro, producido por las neuronas. Un EEG puede identificar actividad eléctrica anormal en el cerebro. Este examen puede ser rutinario, con una duración de 30 minutos a una hora, o de monitoreo prolongado, que puede durar de 4 a 24 horas con video simultáneo
- Tomografía computarizada craneal (TAC): Utiliza rayos X para crear imágenes detalladas del cráneo, cerebro, órbitas y senos paranasales. Es útil para identificar anomalías estructurales.
- Resonancia magnética craneal (RMN): Utiliza imanes y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cerebro y los tejidos nerviosos circundantes. No emplea radiación y proporciona información más precisa y detallada que la tomografía, permitiendo visualizar lesiones que pueden causar Epilepsia y que, en algunos casos, son indicaciones para cirugía en pacientes resistentes al tratamiento farmacológico.
Tratamiento
El tratamiento de la Epilepsia incluye varias opciones, dependiendo del tipo y la severidad de las convulsiones:
- Fármacos anticonvulsivos: El objetivo es prevenir la recurrencia de las convulsiones. Estos medicamentos deben tomarse durante periodos prolongados y ajustarse según la respuesta del paciente.
- Cirugía: Está indicada en el 10-25% de los pacientes que no responden a los fármacos. La cirugía puede implicar la resección de la zona epileptógena en el cerebro.
- Estimulación vagal: Se utiliza en pacientes sin lesiones cerebrales evidenciables y sin una zona epileptógena clara. El dispositivo de estimulación se implanta para enviar impulsos eléctricos al nervio vago, lo que ayuda a reducir la frecuencia de las crisis.
- Dieta cetogénica: Especialmente útil en algunos tipos de Epilepsia de difícil control, sobre todo en niños. Esta dieta es rica en grasas y baja en carbohidratos, diseñada específicamente para cada paciente, y puede ayudar a controlar las crisis y mejorar las funciones cognitivas en algunos casos.
Qué hacer frente a una crisis de Epilepsia generalizada
En caso de presenciar una crisis epiléptica, es importante seguir estos pasos:
- Colocar a la persona en el suelo
- Dejar descansar la cabeza de la persona.
- Aflojar la ropa apretada
- Voltear a la persona de lado
Además, es crucial:
- Mantener la calma
- Despejar el área alrededor del paciente
- No colocar ningún objeto entre los dientes
- Observar el tipo de movimientos
Si las convulsiones ocurren repetidamente sin que la persona recupere la conciencia o si la crisis dura más de 5 minutos, se debe llamar a una ambulancia de inmediato.
Estadísticas y resultados
La Epilepsia afecta aproximadamente a 50 millones de personas en todo el mundo, con cerca del 80% de los pacientes provenientes de regiones en desarrollo. Aproximadamente el 70% de los casos de Epilepsia responden al tratamiento, pero alrededor de tres cuartas partes de los afectados en países en desarrollo no reciben la atención necesaria.
Los pacientes y sus familias a menudo enfrentan estigmatización y discriminación, lo que puede afectar su calidad de vida y acceso a tratamientos adecuados.