El ABCDE de una Crisis de Pánico

El ABCDE de una Crisis de Pánico

Editado por: Vanessa Calvo Camacho el 13/07/2023

Mediante un enfoque integral, tratamiento efectivo y la ayuda constante, los pacientes recuperan el control sobre sus vidas.


Una Crisis de Angustia (Ataque de Pánico) se define como la aparición brusca de un período definido y breve de algún malestar. Se trata de episodios de miedo repentino que se presentan acompañados de síntomas somáticos y cognitivos.


El Trastorno de Pánico, por otro lado, refleja la presencia recurrente de estas crisis, acompañadas de temores anticipatorios o cambios en la conducta para evitar situaciones desencadenantes.

 

Neurociencias y la Manifestación de una Crisis de Pánico

Desde la perspectiva de las neurociencias, un Ataque de Pánico surge cuando la amígdala cerebral (grupo de neuronas) reacciona a estímulos percibidos como amenazantes o negativos.


Esta respuesta desencadena una serie de señales en el cerebro que generan miedo y Ansiedad. La amígdala, en conexión con la Sustancia Gris PeriAcueductal (SGPA), desencadena una intensa sensación de terror, alerta, deseo de huir y Parálisis.

 

Sintomatología

Los síntomas principales o inmediatos son:

-       Transpiración

-       Palpitaciones

-       Dolor en el Pecho

-       Mareos

-       Náuseas

-       Problemas Estomacales

-       Sofocos

-       Falta de aire

-       Sensación de Asfixia

-       Hormigueo

-       Temblores

-       Sensación de irrealidad

-       Terror, pérdida de control

-       Ansiedad Severa

 

Control de una Crisis de Pánico: Primeros Auxilios Psicológicos

Para gestionar una Crisis, es fundamental contar con habilidades de primeros auxilios psicológicos. Este enfoque busca brindar apoyo a personas afectadas por eventos traumáticos. A través del protocolo ABCDE, se pueden aplicar las siguientes técnicas:

 

A: Escucha Activa: prestar atención y mostrar empatía hacia la persona afectada, demostrando interés genuino por lo que está experimentando.

B: Reentrenamiento de la Respiración: en situaciones de ansiedad, se recomienda practicar ejercicios de respiración para restablecer un ritmo respiratorio normal.

C: Categorización de Necesidades: ayudar a la persona a jerarquizar y organizar las acciones necesarias tras el episodio traumático.

D: Derivación a Redes de Apoyo: facilitar el contacto con servicios especializados o personas cercanas que puedan brindar apoyo adicional.

E: Psicoeducación: explicar al afectado que las reacciones y malestares posteriores son parte del proceso, pero también indicar cuándo es necesario considerarlos como una situación de riesgo.

 

Prevención y Tratamiento a Largo Plazo

Todo comienza por adoptar medidas de autocuidado, como una alimentación equilibrada, horas adecuadas de sueño, actividades al aire libre y ejercicio regular. Es esencial evitar el Estrés Laboral y los vínculos poco saludables, buscando aquello que nos llene de tranquilidad y calma.


Además, se debe evitar el consumo de drogas y alcohol. Ante cualquier señal de alerta relacionada con la salud mentales es urgente consultar a un especialista.


Por otro lado, el tratamiento a largo plazo de las Crisis de Pánico conlleva el uso de antidepresivos o benzodiazepinas, así como Terapias Psicoterapéuticas especializadas, como la Terapia Cognitivo-Conductual, Terapias de Avanzada (TIC) o la Terapia de Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR).


En algunos casos, las personas pueden recuperarse sin tratamiento, pero es importante tomar en cuenta que las Crisis de Pánico logran seguir un curso fluctuante si no se abordan adecuadamente.


Si alguien cercano está experimentando una Crisis, intente aplicar el protocolo ABCDE de primeros auxilios psicológicos. Mantener la calma y recomendar la consulta con un especialista en salud mental puede marcar la diferencia en su proceso de recuperación.

 

Crisis de Pánico y posibles Trastornos Mentales Subyacentes

La observación es necesaria, pues algunas Crisis de Pánico son parte de un signo de Trastornos Mentales subyacentes, como el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), Hipertiroidismo, Trastorno de Ansiedad social o la Depresión.


Si se requiere fármacos, debe ser indicado por un Psiquiatra, y bajo su supervisión, con un manejo adecuado, estos medicamentos resultan seguros y efectivos en el control de los síntomas.

Psiquiatría en Providencia