Ginecomastia: un problema hormonal masculino
La Ginecomastia surge por un desbalance entre dos hormonas fundamentales: la testosterona y los estrógenos, predominando la primera en los hombres.
Vamos a abordar un tema que actualmente ha cobrado importancia en la población masculina, especialmente en la Autoestima. Nos preocupa cada vez más las alteraciones relacionadas con la Ginecomastia, que implica la presencia de glándula mamaria en el hombre.
Es una alteración en el desarrollo de dicha glándula, que, al igual que en el sexo femenino, se desarrolla en el sexo masculino debido a condiciones hormonales.
Las glándulas mamarias se desarrollan en ambos sexos, preparando en las mujeres el cuerpo para la gestación. En el caso de los hombres, en una evolución normal, estas glándulas disminuyen y desaparecen.
La Ginecomastia surge por un desbalance entre dos hormonas fundamentales: la testosterona y los estrógenos, predominando la primera en los hombres. Sin embargo, los varones también poseen estrógenos en menor cantidad. Desbalances hormonales como niveles bajos de testosterona o altos de estrógeno, o alteraciones en la sensibilidad de los receptores, pueden generar este proceso.
Factores que pueden desarrollarla
Durante la gestación, las madres transfieren estrógenos al feto, lo que puede causar un ligero aumento en los recién nacidos, fenómeno normal y temporal. En la prepubertad, antes de que se desarrolle la testosterona en los varones, puede aparecer Ginecomastia, la cual desaparece gradualmente al aumentar los niveles de testosterona. En la vejez, los problemas de metabolismo relacionados con la limpieza de estrógenos pueden causar un aumento fisiológico de la glándula mamaria.
El uso de ciertos fármacos, Enfermedades Genéticas y hábitos como el consumo de sustancias psicotrópicas también pueden influir en el desarrollo de la Ginecomastia.
Evaluación clínica
La prevalencia de la Ginecomastia en la población aún no está precisada, aunque a nivel mundial oscila entre el 30% y el 60% en varones. Se distinguen dos tipos de Ginecomastia: la verdadera, compuesta principalmente de glándula mamaria, y la pseudoginecomastia, formada principalmente por grasa.
Los diagnósticos incluyen estudios hormonales y de marcadores tumorales para detectar tumores productores de estrógenos. La evaluación clínica contiene análisis hormonales y tumorales, mientras que la imagenología, mediante Mamografía y Ecotomografía, permite diferenciar los tipos de Ginecomastia.
Tratamientos: farmacológico y quirúrgico
En pacientes jóvenes, se pueden utilizar inhibidores de estrógeno, como el tamoxifeno, para disminuir la Ginecomastia. Sin embargo, en la mayoría de los casos, especialmente en Ginecomastias persistentes, el tratamiento es quirúrgico.
La cirugía consiste en extirpar tanto la glándula como la grasa mediante técnicas de Lipoaspiración y Reducción Mamaria en casos más complejos.
La Cirugía de Ginecomastia suele tener una evolución postoperatoria sencilla para casos leves o moderados, permitiendo regresar a la actividad laboral en aproximadamente una semana y a la actividad física en un mes. Para casos más complejos, la recuperación y la vuelta a la actividad laboral o física pueden llevar más tiempo, requiriendo cuidados adicionales y seguimiento kinésico.