Glaucoma: Una enfermedad silenciosa que afecta la visión
El Glaucoma es un grupo de enfermedades que dañan el nervio óptico y que pueden terminar en ceguera.
Aunque, actualmente se sabe que el Glaucoma es una enfermedad multifactorial ―donde intervienen factores genéticos y anatómicos, entre otros―, la presión intraocular elevada sigue siendo el factor más importante, sobre todo porque, a la fecha, es el único factor que podemos modificar.
Síntomas del Glaucoma
El Glaucoma no presenta síntomas hasta que está en etapas muy avanzadas. Tiene la característica de ser una enfermedad silenciosa con la que se da una pérdida visual de manera gradual.
Este padecimiento afecta a personas de todas las edades, pero aquellas mayores de 60 años y con antecedes familiares tienen un mayor riesgo de desarrollar Glaucoma. Además, los hispanos y la gente de ascendencia africana son más propensos a presentar este tipo de padecimiento.
La importancia del diagnóstico a tiempo
El Glaucoma se puede diagnosticar mediante un examen oftalmológico completo en el cual se revisa:
- Agudeza visual
- Campo visual
- Apariencia del nervio óptico
- Presión intraocular
- Paquimetría o grosor corneal
Aunado a esto existen estudios diagnósticos de apoyo como la Campimetría automatizada y la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) que ayudan a establecer el diagnóstico y dar seguimiento a los pacientes con esta enfermedad.
La importancia de hacer un diagnóstico oportuno radica en que el daño causado al nervio óptico es permanente, con el tratamiento se puede evitar la progresión de la enfermedad, pero el daño ya existente al momento del diagnóstico es irreversible.
Opciones de tratamiento para el Glaucoma
El tratamiento inmediato después de un diagnóstico oportuno permite retrasar o frenar la progresión de la enfermedad. Existen varias opciones de tratamiento, pero la más frecuente es el uso de medicamentos en forma de gotas, las cuales se aplican directamente en el ojo. Las cuales ayudan a disminuir la producción de líquido dentro del ojo o aumentar su drenaje disminuyendo de esta forma la presión intraocular.
Otras modalidades son el uso de un láser o diversos tratamientos quirúrgicos, los cuales tienen como finalidad el aumentar el drenaje y de esta forma bajar la presión intraocular.
En ocasiones, es necesario usar más de una gota o alguna combinación de los tratamientos antes mencionados para alcanzar la presión intraocular deseada. El seguimiento correcto del tratamiento médico, así como las valoraciones frecuentes son fundamentales para lograr disminuir el impacto del Glaucoma en la vida del paciente.