La Obesidad y la Psicología
No se puede determinar ninguna condición psicopatológica concreta asociada a la Obesidad
Barreras para bajar de peso
La principal barrera que existe para que una persona acepte abiertamente que pueden existir causas emocionales en la ingesta excesiva de alimentos es la creencia de que su condición es causada por factores biológicos o físicos. Estas personas suelen pensar que están condicionadas genéticamente o que existe algún problema metabólico que las predispone a esta condición.
Los expertos en Psicología mencionan que, algunas de las causas emocionales o psicológicas que conllevan al aumento de peso son el Estrés y la Ansiedad. Estos factores provocan que muchas personas tengan la sensación de aumentar el apetito, picar entre comidas, ingerir alimentos que contienen excesivas grasas y darse atracones, lo que posteriormente provoca un sentimiento de culpa. Es muy común que una persona estresada esté comiendo o picando constantemente, ya que es lo único que en ese momento puede calmarlo.
Algunos otros sentimientos que conllevan a comer de más son:
- Inseguridad
- Fracaso
- Soledad
- Ira
- Baja autoestima
- Tristeza
- Aburrimiento
Dentro de las manifestaciones depresivas que podrían desarrollar las personas obesas se encuentran: sensación de cansancio, dolores, bajo nivel de autoestima, irritabilidad, irascibilidad, agresividad, incapacidad de centrar la atención, pesimismo, negatividad, pérdida de interés en cosas que antes eran gratificantes, angustia y Ansiedad.
Un cambio de mentalidad
Los hábitos que se automatizan al comer son muy difíciles de cambiar, ya que las conductas que se utilizan vienen dadas por hábitos creados a través de la vida de cada persona. Cambiar estos hábitos arraigados y aprender a desconectar las emociones de la comida es el desafío al que deberá enfrentarse una persona que realmente quiera bajar de peso.
Para poder mantener la pérdida de peso en el tiempo es necesario no solo concentrarse en hacer dietas y ejercicio, sino también enfocarse en factores psicológicos, sociales, emocionales, familiares y en los malos hábitos. Es muy importante potenciar el pensamiento positivo a través de sesiones de relajación e imaginería positiva. Al mismo tiempo, generar conciencia plena al momento de comer, no compararse con otros y ser amable consigo mismo.