Malformaciones Anorrectales en recién nacidos: Una condición que requiere atención temprana
Los pacientes con Malformaciones Anorrectales requieren una evaluación cuidadosa y temprana para tomar decisiones quirúrgicas acertadas.
Las Malformaciones Anorrectales son afecciones congénitas en las cuales los bebés presentan anomalías en la estructura del ano. Algunos de ellos pueden nacer sin ano, mientras que otros presentan un orificio anormal llamado Fístula y se llega a confundir con un recto. Esta condición dificulta la evacuación normal de las deposiciones.
¿Cuáles son los riesgos?
Si las Malformaciones Anorrectales no se diagnostican a tiempo, los niños sufren Distensión Abdominal importante debido a la incapacidad de eliminar las deposiciones.
Además, existe el riesgo de complicaciones graves como la Perforación Intestinal, Peritonitis e incluso la muerte.
Cuando un menor nace con una Malformación Anorrectal, es crucial descartar la presencia de otras malformaciones asociadas, como:
- Anomalías Renales
- Cardíacas
- Vertebrales: de la columna o de la médula espinal
Esta enfermedad abarca un espectro de casos, desde aquellos con buena anatomía y sin otras malformaciones.
¿Cómo afecta esto al niño?
Los diagnósticos tempranos y un estudio exhaustivo ayudan a obtener un diagnóstico preciso de la malformación específica que enfrenta el infante, pues determina el tipo de cirugía necesaria.
En algunos casos, requiere una Colostomía durante los primeros dos días de vida, que es una abertura temporal en el colon, hasta que se pueda abordar de manera integral la Malformación Anorrectal.
¿Cuáles son los tratamientos disponibles?
Son principalmente quirúrgicos. Dependiendo de cada caso, pero en ocasiones es necesario realizar múltiples procedimientos en etapas. Las más frecuentes son la Colostomía seguida de una Anorrectoplastía sagital posterior y el cierre de la Colostomía. Sin embargo, otros pacientes requieren orden distinto de tratamientos sin necesidad de una colostomía, pero esto necesita una evaluación minuciosa.
Después del procedimiento, continúa un seguimiento adecuado, el cual consta de la Dilatación Rectal en etapas y la observación constante de evacuaciones para determinar si se necesita algún tratamiento adicional.