Menopausia y climaterio, terapia de reemplazo hormonal ¿sí o no?
Las fluctuaciones hormonales de la menopausia y la perimenopausia provocan los famosos bochornos, y están relacionadas con deterioro cognitivo, entre otros síntomas.
Dra. Karla Idalia Hernández Hernández
Tanto la menopausia y el climaterio son procesos de la vida de una mujer que puede ser llevadas de la mano de un ginecólogo.
Cada tratamiento debe ser individualizado dependiendo de la severidad de los síntomas y los factores de riesgo de cada mujer. El tratamiento depende de la sintomatología que presente cada mujer. Hay quienes tienen bochornos de vez en cuando que no son molestos para su vida diaria, el insomnio se resuelve con remedios caseros y medidas de confort, etc. Existen opciones para mejorar alguna de esta sintomatología como el ejercicio, el control de peso, ejercicios de relajación como el yoga o la meditación, usar ropa de algodón, evitar los cambios bruscos de temperatura, los alimentos ricos en soya. Hay casos en los que la sintomatología interfiere con la vida diaria de las mujeres y la opción es usar hormonas; en mujeres con algún riesgo para el uso de éstas se tiene la alternativa de medicamentos para los síntomas que sean más incómodos.
Para entender más la menopausia y el climaterio
La vida útil de los ovarios humanos está determinada por una compleja y, en su mayoría, no identificada colección de factores genéticos, hormonales y ambientales.
Cuando una mujer nace, lo hace con una cantidad de óvulos que nos alcanza para menstruar durante unos 10 años de su vida (entre los 10 y los 50 años en promedio). Cada mes, se libera uno, un proceso desencadenado por la liberación de hormonas, incluyendo el estrógeno.
Esta hormona está involucrada en varias funciones corporales y los receptores de la hormona se encuentran en células de todo el cuerpo: el cerebro, el pecho, los huesos y el estómago. Las fluctuaciones hormonales de la menopausia y la perimenopausia (el periodo anterior y posterior a ésta) provocan los famosos bochornos, y están relacionadas con deterioro cognitivo, colon irritable, náuseas, dolor en las articulaciones, agrietamiento o descamación de la piel, depresión, atrofia y sequedad vaginal, disminución de la libido, pérdida de memoria y trastornos del sueño, y osteoporosis.