Ojo seco, una de las enfermedades más comunes
El ojo seco es una de las afecciones del ojo más común en nuestros días.
Dr. Jorge Eugenio Valdez García
Esto debido a varios factores, pero principalmente a la contaminación. Cuando se tienen los ojos secos es importante acudir a un oftalmólogo para evitar un riesgo mayor.
En general, se puede hablar de dos tipos de ojo seco: uno es cuando el paciente no produce suficiente cantidad de lágrima y el otro es cuando la lágrima no es de calidad, por tal motivo, el ojo no conserva su humedad. El segundo tipo, denominado ojo seco evaporativo, es uno de los padecimientos más comunes. Ambos tipos, causan una gran incomodidad en el paciente. Las molestias están relacionadas con una sensación de basuritas o arenillas. Un ejemplo es cuando la persona afectada siente los ojos “tierrosos” o no le es posible sostener la mirada por mucho tiempo sobre algo, ya sea leyendo algún texto, o estando frente a la computadora o al celular; o al momento de manejar un automóvil.
Otras manifestaciones son cuando les molesta mucho el aire natural, el ambiente en general o el aire acondicionado, o bien, enrojecimiento, ardor o inflamación de párpados, en caso de que se trate de un edema.
Un dato curioso es que el ojo seco o el síndrome del ojo seco en la oftalmología es que este padecimiento se presenta más en mujeres, pues está relacionado directamente con los cambios hormonales propios de la edad.
Las causas del ojo seco son muy variadas que van desde enfermedades autoinmunes, las cuales se tratan de manera interdisciplinarias junto con el reumatólogo; hasta problemas de la glándula lagrimal, como ya se mencionó; o bien, eficiencias alimenticias.
Es importante recalcar que un ojo sano es cuando, en condiciones normales y naturales, el ojo siempre está húmedo, es decir, que tiene una capa de lágrima mojando toda la superficie del ojo.
Un tratamiento a largo plazo
La enfermedad del ojo seco no se cura en sólo unos días y con una simple aplicación de gotas. Para el tratamiento del ojo seco, lo primero es transmitirle al paciente que el ojo seco se trata de una enfermedad crónica, la cual no se cura en sólo unos días y con una simple aplicación de gotas. Se trata de un proceso crónico en el que el oftalmólogo debe revisar aspectos específicos de la enfermedad. Es por ello que los tratamientos duran largos periodos de tiempo, incluso años. El tratamiento puede incluir, según sea el caso, gotas que sustituyen la lágrima natural o mejoran su calidad; terapias palpebrales; aplicación de desinflamatorios; mejoras en la dieta y otra serie de estrategias a largo plazo.