Perspectiva metabólica de la Neuroinflamación y del Deterioro Cognitivo
La Neuroinflamación y el Deterioro Cognitivo están estrechamente relacionados con ciertos aspectos metabólicos, especialmente en lo que respecta a la dieta y el estilo de vida.
Una dieta occidental típica, rica en azúcares refinados, grasas saturadas, Colesterol y sodio, junto con ácidos grasos trans de alimentos procesados, se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer. Además, enfermedades como la Diabetes, la Hipertensión y la Obesidad, así como el sedentarismo, el Tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, pueden aumentar esta probabilidad.
Relación con la Obesidad
La Obesidad, en particular, crea un estado proinflamatorio crónico y afecta la microbiota intestinal, lo que resulta en una permeación de moléculas a través de la barrera hematoencefálica. Esto puede desencadenar Neuroinflamación, deposición de beta amiloide y Neurodegeneración. La Resistencia a la Insulina, que implica una respuesta insuficiente o normal a la producción de insulina, contribuye a este proceso al facilitar la acumulación de proteínas dañinas en el cerebro.
Relación con el Síndrome Metabólico
El Síndrome Metabólico, caracterizado por la Obesidad Abdominal, niveles elevados de triglicéridos, bajo Colesterol HDL, Hipertensión y Resistencia a la Insulina, también aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer debido a la Insulinorresistencia y la alteración del metabolismo de la glucosa y los lípidos.
La importancia de la dieta
La dieta juega un papel crucial en la prevención y el tratamiento de estas condiciones. La dieta mediterránea, rica en vegetales, frutas, frutos secos, legumbres, cereales integrales, pescado y aceite de oliva, y baja en carnes rojas y lácteos grasos, ha demostrado beneficios para la Salud Cerebral debido a su contenido de polifenoles y antioxidantes. Otras dietas, como la DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) y la dieta M, también se han asociado con la prevención del Deterioro Cognitivo y la reducción del riesgo de enfermedad de Alzheimer al enfocarse en la ingesta controlada de sodio y el aumento de verduras y frutas específicas, como los arándanos.
La Neurocognición es otra área clave que puede verse afectada por estos factores metabólicos. Se ha demostrado que la diabetes tipo 2 aumenta hasta en un 60% el riesgo de desarrollar Alzheimer. La Neuronutrición, que combina la Neurología, la Nutrición y la Neurociencia, es fundamental para comprender cómo la dieta puede influir en la salud cerebral y prevenir el deterioro cognitivo.