Relación entre la atención y la Ansiedad
Las áreas involucradas con la atención son las que están en el lóbulo frontal las conexiones relacionadas a esta área en el cerebro. Por otro lado, la Ansiedad está vinculada con la amígdala, que es una estructura pequeña en forma de almendra que tenemos en el cerebro.
Habitualmente, cuando manejamos la atención, es el lóbulo frontal el encargado de regularla. Sin embargo, cuando estamos en una situación de Estrés o alerta, la amígdala se activa y desencadena respuestas típicas de Estrés como:
- Ideas intrusivas
- Aumento de frecuencia cardíaca y respiración
- Temblores
En esta situación, la atención pasa a estar a cargo de la amígdala, la cual nos pide estar en alerta y preocuparnos por aquello que nos genera Ansiedad. Es una respuesta neurofisiológica del cuerpo.
¿Cómo se mide la atención y la Ansiedad?
Para evaluar la atención, se utilizan pruebas específicas y estandarizadas. Los resultados de estas pruebas se comparan con la población general que tiene características similares, como edad y nivel educativo.
Además de los resultados de las pruebas, también se toman en cuenta los cambios que la persona ha notado en su vida. Por ejemplo, si anteriormente era excepcionalmente bueno en cuanto a la atención y ahora muestra rasgos anormales.
La tercera manera de interpretar las pruebas es comparándolos con otras áreas, por ejemplo: la atención está en un nivel y la memoria en otro nivel. Así, se pueden observar fluctuaciones dentro de la misma persona.
Durante la Evaluación Neuropsicológica se observa cómo la persona funciona en diferentes etapas y se le proporcionan cuestionarios de auto-reporte y un informante contesta cómo lo está viendo en el área atención. La Ansiedad también se evalúa mediante la observación, cuestionarios y auto-reporte.
Estrategias para aumentan la atención y reducir la Ansiedad
Para trabajar la atención, es básico aprender a reconocer las distracciones, tanto internas como externas. Por ejemplo, podemos estar distraídos por preocupaciones sobre tareas futuras o sentir incomodidad en la silla, por tener frío o experimentar alguna molestia física. Estos distractores desvían la atención, por ello, debe reconocer los factores internos o externos para regular la atención.
Para lograrlo, es útil conectarse con el cuerpo y reconocer los marcadores corporales, como el frío o el hambre. Además, podemos hacer una lista de los distractores más comunes, como el WhatsApp o el ruido de la calle, y buscar posibles soluciones para minimizar esas distracciones.