Trastorno de ansiedad generalizada, preocupación excesiva
Los síntomas de este trastorno incluyen alteraciones físicas, lo que a veces puede retrasar el diagnóstico de la enfermedad.
El trastorno de ansiedad generalizada es una enfermedad que se caracteriza por preocupaciones excesivas por varios temas como la familia, el trabajo, la situación económica, el estado de salud, etc. Estas preocupaciones generan un malestar importante y generalmente dificultan la vida cotidiana de las personas que lo padecen, ya que son difíciles de controlar.
Se pueden definir como preocupaciones constantes y excesivas, además se relacionan con múltiples afecciones físicas.
Éste trastorno es más común en mujeres, sin embargo, afecta a ambos sexos. Generalmente comienza en la adolescencia y puede empeorar en los momentos de estrés.
Causas y síntomas comunes
No se sabe la causa exacta de esta enfermedad pero varios factores se relacionan a ella y contribuyen a su aparición. Uno de estos es la genética, por ende puede ser hereditario.
Actualmente se conocen varias estructuras del cerebro que se relacionan con la aparición de los síntomas de ansiedad y miedo y que intervienen en la aparición de los síntomas de este trastorno. Dichos síntomas incluyen alteraciones emocionales como preocupaciones excesivas por las actividades de la vida diaria, incapacidad para controlar las preocupaciones, dificultad para estar relajados, alteraciones en el patrón de sueño, la sensación de irritabilidad y poca tolerancia, y síntomas físicos como fatiga, , dolores de cabeza, dolores de estómago, dolores musculares, sudoración, mareos, dificultad para poner atención o para concentrarse, etc.
Antidepresivos, tratamiento principal
Para el tratamiento el primer paso es hacer una revisión médica completa, a veces incluye estudios de laboratorio para asegurarse de que los síntomas no son ocasionados por alguna causa física.
Después del diagnóstico se debe iniciar el tratamiento con medicamentos (ansiolíticos y antidepresivos) y a veces acompañarlo con psicoterapia (principalmente aquella que se denomina cognitivo – conductual).
Los antidepresivos son el tratamiento principal, se utilizan para la depresión y la ansiedad, generalmente tardan de 2 a 3 semanas en tener un efecto completo.
Los ansiolíticos generalmente se utilizan al inicio del tratamiento y por periodos cortos para controlar los síntomas de forma inmediata.
Desafortunadamente esta enfermedad no se puede prevenir debido a la gran cantidad de factores que intervienen en su aparición.
Lo más recomendable es identificar los síntomas, buscar ayuda profesional y dar un tratamiento oportuno para evitar complicaciones y afectaciones en la calidad de vida.